
COVID-19 y el desafío para las arcas públicas
La actual crisis desatada por el COVID-19, cuyas dimensiones aún son impredecibles con cierta credibilidad, supone un gran desafío para todos y, por supuesto, para las arcas públicas. Las necesarias medidas de gasto público y la caída de ingresos derivadas del parón de la actividad económica y las dificultades de los próximos meses o años, harán que el déficit público de este año 2020 ronde el 10% del PIB con el consiguiente incremento de la deuda pública, que ya estaba por encima del 100% del PIB, que habrá que devolver en el futuro junto a los intereses correspondientes. Estas tensiones requerirán importantes ajustes en el medio y largo plazo para garantizar la sostenibilidad de la deuda en un complejo escenario, que afectarán tanto al gasto como, por supuesto, a los ingresos públicos.
Pendientes de posibles actuaciones desde Europa, como los muy comentados “coronabonos”, es evidente que el proyecto europeo se enfrenta, quizás, a su mayor desafío, más relevante que el propio Brexit, ya que si Europa no es capaz de dar una respuesta conjunta y solidaria a esta crisis los movimientos antieuropeístas ganarán fuerza y peligrará la Unión. Desde hace mucho tiempo se viene reclamando una Europa unida, con voz uniforme en temas trascendentales y grandes políticas comunes amparadas en un presupuesto europeo de la magnitud necesaria. Aunque estas primeras semanas la actuación conjunta es claramente mejorable, debemos confiar en que Europa reaccionará a tiempo, tomará las medidas necesarias y saldrá reforzada.
En el ámbito doméstico, como decíamos, las arcas públicas serán sometidas a una presión sin precedentes por la voracidad del impacto. Ahora es momento de gasto, pero seguidamente habrá que revisar el sistema impositivo, algo realmente complicado con la situación económica y empresarial que se nos avecina. Es evidente que las reformas fiscales de los últimos años no han sabido gestar un sistema tributario con capacidad recaudatoria suficiente, a pesar de que los tipos marginales en los grandes impuestos no son, para nada, reducidos. Si acaso, existen demasiados beneficios fiscales que deben ser evaluados y, en su caso, revisados, y para ello ya se cuenta con la información del programa “Spending Review” de la AIREF. Además, las cifras de la economía sumergida en nuestro país, muy elevadas en comparativa europea, siguen suponiendo otro de nuestros grandes retos de futuro como país, algo que solo se puede ir corrigiendo lentamente con educación fiscal y normativa adecuada.
En suma, el coronavirus ha impactado con fuerza en la economía y la sociedad, y el Sector Público, protagonista claro en estos momentos para paliar los efectos en trabajadores y empresas, deberá preparar una Reforma Fiscal sin mucha demora para afrontar los próximos años con los recursos adecuados para atender las necesidades de gasto de la sociedad, algo que también debe ser evaluado con buen criterio para no comprometer el equilibrio de las finanzas públicas.
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