5 retos para aplicar la inteligencia de negocio como mejora en las ventas
El mercado está cambiando mucho,… ¿en que está cambiando su empresa?
Los empresarios y los ejecutivos tienen que afrontar nuevos retos para que sus empresas puedan mantenerse en el mercado y garantizarse su supervivencia en la rentabilidad. Para ello, desarrollaremos en este post, errores típicos y claves de decisión a plantearse en el proceso de evolución y mejora a través de cinco retos.
Primer reto
Aceptar que el cambio es una obligación y no una opción, ya que ha venido para quedarse y en él viviremos permanentemente. Hay que perder el miedo al cambio aceptándolo como compañero de viaje. Hoy, devenido por la transformación digital de las empresas (y el impacto en sus áreas más estratégicas: Marketing y Comercial) es necesario darnos cuenta que el 40% de los negocios que tendremos en diez años no existen ahora y lo que hoy es un negocio seguro puede no serlo en poco tiempo. El cambio nos obliga a estar despiertos, a formarnos, a recoger coordenadas y claves de cambio para reinventarse y poder innovar, garantizando así la supervivencia de la empresa en el tiempo. “Todas las empresas tienen tendencia a quebrar y si la suya no lo hace es porque hay alguien dentro de ella se lo está impidiendo”.
Segundo reto
La necesidad de enfocar sus recursos a donde sean más productivos, centrando el esfuerzo y la inversión en el negocio de la empresa. Hay que cambiar la forma de hacer negocio e incluso el modelo de negocio y dejar de apostar únicamente por el corto plazo. Su empresa también necesita equilibrio sin obsesionarse por una parte del proceso o por el producto en las cuatro tensiones a las que están sometidas las empresas. Las empresas como las personas necesitan equilibrio entre la visión del corto y del medio y largo plazo. Equilibrio entre crecimiento y rentabilidad. Equilibrio entre las partes y el todo y por último, el necesario equilibrio entre lo nacional y lo internacional ya que si su mercado ha disminuido y la empresa no se ajusta a su nueva realidad, está obligada a buscar nuevos mercados a veces fuera del país.
Tercer reto
Tener clara la estrategia de la empresa, ya que “el mundo de los negocios es un juego de estrategia”. Estar en el mercado obliga a colocarse en él con una clara posición para ser una alternativa de compra en la mente del Cliente, de tal forma que tienen que obsesionar menos con lo “que vende” y más con el “por qué me tienen que comprarme a mi”
Cuarto reto
Buscar recursos para el duro camino que tienen por delante. Puesto que trabajamos con dinero y con personas, decirles que el dinero está disponible para proyectos rentables y que es en segundo punto es el que hay que mejorar rodeándose de los mejores, formados, motivados y bien pagados a los que se les dejarles hacer. Tienen que interiorizar que el Cliente es el jefe, pero no es lo primero, lo primero es la gente de la empresa y sin personas formadas, motivadas y bien pagadas, no hay Clientes. Hoy sin compromiso no hay Clientes y para lograr este compromiso delante del Cliente “En el último metro” se necesita a los mejores.
Quinto reto
Que los empresarios mantengan la simplicidad ante la complejidad y sobreinformación hoy dominantes: Las empresas son sencillas e iguales en un 90%. Un negocio es sencillo, consiste en comprar o producir lo que quiere el Cliente a precio competitivo, añadir poco gasto en medio, aportar valor, vender a precio alto y cobrar, para que la empresa tenga rentabilidad. Siempre una de estas claves es deficiente y muchas veces nos encontramos con empresas mal enfocadas, con un trabajo ineficiente, con un equipo muy amplio que se da trabajo a sí mismo y al que si llama el Cliente “molesta” porque les interrumpe. Empresas en las que siendo comerciales solo venden una o dos personas en una plantilla de veinte personas. Empresas con equipos obsesionados con el precio que parecen pagados por la competencia, ya que todo el esfuerzo que hacen consiste en “reventar” el margen de la empresa. Empresas en las que el afán de vender como sea y a costa de lo que sea, entran en ventas suicidas que dañan la rentabilidad de la empresa y, si bien es cierto que si no vendemos sobramos todos, exige la corrección de que las empresas viven de ventas rentables.
Para todo ello, necesitamos talento de negocio, no más técnicos ni tecnócratas, necesitamos profesionales que entiendan y hagan negocio.
¿Preparados para afrontar los retos?
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